martes, 30 de noviembre de 2010

Lo cómico y la caricatura. Baudelaire.

A pesar del título de la obra, ciertamente la distinción se halla, según Baudelaire, entre lo cómico y lo grotesco ejemplificado a través de la caricatura. Por ello utiliza en esta última categoría el arte de la pintura y del grabado.
En su primer capítulo establece una teoría de la risa, y lo hace creando dos mundos paralelos, me refiero a la risa desde el punto de vista teológico y desde el punto de vista filosófico, el primero no es sino cauce para desembocar en el segundo. Son algunas las referencias que se hace al Libro de Sapiencias del Antiguo Testamento y a las enseñanzas morales que tienen como consecuencia el pecado original. A raíz de esto la afirmación de que “la risa viene de la idea de la propia superioridad, es decir, la risa tiene un origen diabólico” será una constante. Desde el punto de vista filosófico observa el poeta que “la risa es de las expresiones más frecuentes y numerosas de la locura” esto es, un SÍNTOMA DE DEBILIDAD. Ahora ya queda establecido el camino de senderos que se bifurcan, pues la risa es de “naturaleza contradictoria”, es dual.
Si la risa es de origen satánico, es profundamente humana, esto mismo vendría a decir Bergson en su tratado “La risa”: “ no hay nada cómico fuera de lo que es propiamente humano”, así lo cómico reside en quien ríe y no en el objeto de la risa. Y como la risa es dual, contradictoria, versátil y voluble, y es de carácter manifiestamente vital y alegre, no es lo mismo la alegría que la risa. Baudelaire establece una clara diferencia entre ambos conceptos: la alegría es en sí misma en tanto que la risa es una expresión, un síntoma.
Volvamos a la distinción entre cómico y grotesco. Para establecer dicha diferenciación con sus matices incluidos, Baudelaire hablará de “cómico significativo” y de “cómico absoluto”. Lo significativo es lo meramente cómico, entendiendo que desde un punto de vista artístico se da mediante la IMITACIÓN, en tanto que lo absoluto, es decir, lo grotesco, se da mediante la CREACIÓN.
En lo cómico absoluto habita la alegría, su rasgo más característico es la de ignorarse a sí mismo, Bergson apunta a lo mismo en su tratado ya mencionado: “Un personaje cómico es cómico en la medida en que se ignora a sí mismo”, pero Bergson no establece la categoría de grotesco, pues como dice Baudelaire “en lo grotesco no está necesariamente la risa”.
Aplicamos todo lo dicho y concretamos:
Lo cómico alberga la risa, es de carácter colectivo, es la medida del hombre con la costumbre de otros hombres, su carácter pertenece a la cultura popular, por ello es perecedero temporalmente.
Lo grotesco no alberga la risa necesariamente, no tiene porque tener un carácter colectivo, aunque en ocasiones lo tendrá, su modo de medirse es para con la naturaleza, lo que alberga la posibilidad de que no perezca en el tiempo ni en el espacio.

Ambos conceptos nacen de la idea del mundo al revés. Siempre nacerán de la idea de superioridad por parte del espectador/ lector.

Irol de la Zaera

domingo, 28 de noviembre de 2010

Harold Pinter. Silencio.



Existen dos tipos de silencio. Uno que se produce cuando no se pronuncia ni una sola palabra. El otro se hace notable cuando se está hablando demasiado. Esta abundacia verbal trasluce un lenguaje que fluye por debajo. El discurso que oimos incesantemente es un aviso del que no está siendo pronunciado. Este segundo silencio oculto es una elusión permanente, una falsa astucia, una finjida cortina de humo que oculta la verdad de quien habla tanto. Cuando el verdadero silencio se produce, nos sobra hasta el eco, pero a la par quedamos completamente desnudos. Una manera de analizar ese discurso verborreico, es preguntándonos, sino será una estrategia del orador incansable, para evitar quedarse desnudo ante los otros.


Harold Pinter


Apuntes de juventud de Irene Ochoa. El silencio.



El silencio. El silencio como el que espera en una estación, con la mirada perdida, y ve pasar los trenes. El silencio como la pausa, el arrebato. El silencio como el infinito. El silencio inalcanzable como las galletas encima de un armario.
Según la RAE, el silencio es la “abstención de hablar” o la “falta de ruido”. 
La primera vez que John Cage entró en una cámara estanca donde se hacen experimentos de física registró dos sonidos, uno agudo y otro más grave, uno respondía a los impulsos eléctricos del cerebro, el otro al latir del corazón. El silencio como lo imposible. 
John Cage compuso su pieza 4`33 porque sabía que iba a ser siempre diferente, que los sonidos correspondían al otro: toser, bostezar, arrastrar la silla, el papel de un caramelo... al final creó una esfera llena de vida que se va transformando. El silencio como el proceso.
El silencio es lo más cercano a la vida. Los silencios siempre crean algo. Los silencios se componen de minúsculos ladrillos que levantan arquitecturas imposibles. Hacen cambiar, son pequeños puntos de inflexión, canicas que van rodando por el suelo.
El silencio es una leona agazapada en la estepa esperando a que pase un ñu, el silencio es justo el momento antes en el que salta a por él. El silencio nunca puede ser gratuito.
Eso de hablar y hablar y hablar... y realmente querer expresar una cosa diferente a lo que estás diciendo, es una forma de silencio no puro. No es silencio. Es habilidad, maestría, timidez... es querer decir algo y no atreverse. Es decir algo de una manera diferente, pero es decir. El verdadero silencio no dice, transforma. El verdadero silencio es una categoría mística.
Cada vez que hablamos del silencio lo contaminamos, contribuimos a su ruptura, a su embalsamamiento. Shsssss! shsssss!
El silencio, punto. El silencio, es.





Hay silencios que están llenos y palabras muy vacías.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

EL AMOR DE OSCAR WILDE Y LORD ALFRED DOUGLAS


OSCAR WILDE Y LORD ALFRED DOUGLAS: Alfred Douglas (1870-1945) consideraba a Oscar Wilde (1854-1900) como la representación del éxito, la brillantez y el mundo artístico. Cuando se conocieron, Wilde no era muy atractivo, se encontraba excedido de peso, fofo y tenia los dientes estropeados por el mercurio que había injerido para curar la sífilis.
Sin embargo, Oscar compensaba sus carencias con ingenio y una conversación brillante, en la que abundarían comentarios como: «un cínico es alguien que conoce el precio de las cosas pero no su valor».
Alfred Duglas a quien llamaban Bosie, había sido acusado de no corresponder al amor de Wilde, de quien aprovechaba su dinero y su generosidad. De igual manera, Alfred lo quiso a su manera y quizás su único error fue ser demasiado joven.
En 1891 se conocieron, Alfred apenas tenia 21 años mientras que Wilde 37. Juntos exploraron el camino de la prostitución masculina en Londres durante la época victoriana. Al respecto Oscar Wilde comparaba estas practicas con «cenar con panteras» aludiendo a su peligrosidad. En alguna ocasión, uno de estos chicos, Albert Wood, se apoderó de algunas cartas que Wilde enviaba a Douglas y demandó una suma de dinero para devolverlas.
Alfred era un joven un tanto egoísta muchas veces propenso a las rabietas y otro tipo de escenas en publico, las cuales irritaban a Oscar. Además tenia ojos azules y cara de niño. Incluso, absorbía la mayor parte del tiempo de Wilde y le imposibilitaba escribir.
Wilde disfrutó unos cuantos años de gloria, de 1892 a 1895, con el éxito de obras como “El abanico de lady Windermere” o “La importancia de Llamarse Ernesto”.
La vida de Wilde no fue fácil, muchas veces parecía caminar hacia la autodestrucción, en el fondo vivia atormentado por su homosexualidad. El escritor demandó en 1895 al padre de su amante, el marqués de Queensberry. El marqués presentó pruebas referidas a la homosexualidad de Wilde (la cual era considerada un delito). A raíz de ello, Oscar fue sentenciado a dos años de trabajos forzados por el crimen de sodomía. Sin embargo, tuvo la oportunidad de huir a Paris cuando se supo que la sentencia le iba a ser desfavorable, pero, en contra de los consejos de sus amigos, no lo hizo.
Iniciación al sexo: La sociedad en la que vivio Wilde condenaba la homosexualidad, entonces, naturalmente, el camino que tomaría Oscar seria el del matrimonio. Luego de tener varias novias, se casó en 1824 con Constance Lloyd a los 29 años. Su esposa era una mujer bella y leal que intentó por todos los medios comprenderle. Con ella, tuvo dos hijos que la estropearon por lo que él empezó a sentir horror ante cualquier contacto y la convenció para que no tuvieran relaciones sexuales.
En 1886, la vida de Wilde cambió; le sedujo Robert Ross, un muchacho de diecisiete años que se convertiría en su amigo incondicional hasta el final y en su albacea literario, y descubrió el placer y la alegría del sexo entre hombres.
PRUEBAS DE AMOR: esta carta de Wilde a Bosie habla por sí misma:
Mi muchacho, Tu soneto es absolutamente delicioso, y es un portento que esos labios tuyos, rojos como pétalos de rosa, hayan sido hechos tanto para la música o el canto, como para la locura de los besos. Tu alma delgada y áurea camina entre la pasión y la poesía. Sé que Jacinto, al que Apolo tan locamente amó, fuiste tú en los días griegos”.
Durante su cautiverio escribió una bella carta a Bosie, De Pro fundis, que terminaba así: «Viniste a mí para aprender el Placer de la Vida y el Placer del Arte. Acaso se me haya escogido para enseñarte algo que es mucho más maravilloso, el significado del Dolor y su belleza. Tu amigo que te quiere, Oscar Wilde».
Al concluir su condena sólo consiguió producir una obra “La balada de la carcel de Reading”, basada en la historia personal de un recluso que conoció allí, el cual había sido ejecutado por matar a su esposa. Wilde falleció en Paris en 1900, su intento de reconciliación con Bosie no dio resultado...
Fuente: Basado en 99 amores de la historia de Alicia Misrahi.
Fuente: Texto Basado en 99 Amores de la Historia de Alicia Misrahi
Fuente: Texto Basado en 99 Amores de la Histor

sábado, 20 de noviembre de 2010

jueves, 11 de noviembre de 2010

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Madre Palacios. Carmen Parra

LA MADRE PALACIOS
PERSONAJES:
MADRE-PALACIOS
PADRE-MAESTRO (está en prisión)
HIJA-SUSUNA
HIJO-SERGIO
NATI-VECINA
La acción ocurre en  un barrio obrero de Madrid,  la situación de la familia es precaria  y los hijos no ayudan mucho, no tienen trabajo  y no estudian. La madre bebe habitualmente y espera que pronto su marido salga de prisión, mientras tanto hecha las cartas a algunas vecinas o conocidas del barrio. La crisis de los personajes no facilita mucho la comunicación entre ellos. A su hijo le gusta” la macarena de los del rio”, a su madre “pena penita pena”. También la infancia de los niños tiene su canción dentro de tanta discordia.
PRIMER CUADRO
PALACIOS. (Canta en la cocina hay pena penita pena y busca algo en la nevera para su guiso, llega la hija)
SUSANA.  Ya estamos  con la pena… joder pon la radio.  No lo soporto más, le dices a mi hermano que como siga metiéndose en mis cosas la vamos a tener  y que se ponga a buscar trabajo y no esté todo el día en la placita, Panda de vagos  y de gilipollas…
PALACIOS. Niña ¡vete a por el pan y el vino para la comida , vais acabar conmigo, cuando salga tu padre ya se encargará el de poner orden, porque está visto que a mí, no me hacéis caso. Vete a por el vino.
SERGIO- ( llega cantando la macarena )¿Qué pasa vieja, qué comemos hoy?
PALACIOS-  (muy seria) Papas con  carne. A tu hermana la tienes buena, tu déjala a ella y no te metas, porque no quiero broncas , así que ya está bien…
SERGIO. Pero ¿qué te ha dicho la flipá? Mira… ten cuidado con la niña que mis colegas… vamos que me entero de todo lo que hace la Susana, que lo que tiene que hacer es ponerse a currar y dejarse de líos.
PALACIOS.  ¡ Ay niño calla, que el maestro te puede oír!
SERGIO.  Pero ya estas otra vez . El viejo está en prisión y va para largo…
PALACIOS.( se pone a llorar, entra la hija y la ve , el hijo está en el baño)
SUSANA. ¿Pero qué te pasa? aquí tienes el pan,  dice el chino que le debes el vino de dos semanas,  que no te da más, pero no te preocupes , que el chino lo vende el doble de caro... ya no le compramos . ¿Qué te pasa? ¿Y el Sergio?.
PALACIOS. No empecéis otra vez, deja a tu hermano y vete a por el pan.
SUSANA.  Mama  pues  no ves el pan ¿has bebido?
PALACIOS. No, pero esto es poco, vete a por otra barra , tu padre siempre lo decía;  que no falte pan.
SUSANA. Joder que vaya el Sergio, que no hace nada en todo el día ( sale a buscar al hermano que está  en el baño. Sergio canta la Macarena sale del baño,  ve a Susana y se pone a cantarle a ella para incordiarla).
SERGIO.!Ah! Susana ¿ tú qué rollos te traes con el Chano? …pues que sepas que tiene novia y que esta mosqueada,  yo te aviso.
SUSANA. Vete a la mierda , mira cómo estás, todo fumado ¿así quieres tu ayudar a la casa, quién te va a dar trabajo?.
SERGIO. Mira  niñata,  que yo si curro no fumo ¿lo entiendes? ¿ Tú por qué no te pones  el escote más bajo… a ver si te llega al ombligo? así algo encontrarás a parte del Chano. ( Llaman a la puerta, Susana abre enfadada,  es  Natividad, la vecina)
SEGUNDO CUADRO
NATIVIDAD. ¿No está tu madre?
PALACIOS:. Di a la Nati que pase.
NATIVIDAD.!Qué frio niña! ¿ No vas tú muy descotada?
SERGIO. Como siempre, peor vestida que las sudacas  va la niña.
NATIVIDAD (a la madre) Ya están tus hijos liados.
PALACIOS:. ¡ Ay,  yo no puedo con estos satélites! me quitan las ganas de vivir, de verdad.
NATIVIDAD. Venga…  coge las cartas, que hoy nos va a salir algo bueno.
PALACIOS: ( baraja  y da a Nati para que corte , corta y vuelve a cogerla…)
NATI. ¿ Y tu Susana?
PALACIOS: ¿Qué le pasa a mi Susana?
NATI. Nada hija , no tiene novio todavía ¿No?
PALACIOS. Ah, yo no me meto en la vida de mis hijos.
NATI . Pues deberías,  para algo eres su madre.
PALACIOS: Corta en tres partes.
NATI: ¿Tu  guiso… no huele a pajaritos fritos?
PALACIOS : ¡uy!  Si es carne de ternera. (Bebe la cerveza de lata)¡Uy Nati! aquí me sale una mujer…rubia… joven  y …
NATIVIDAD . Mira échamelas otra vez Palacios… que tú estás hoy negativa.
PALACIOS. (Repite las acciones). Mírala  aquí está otra vez… tu vigila a tu Carlos que  esta mujer no tiene escrúpulos,  me ha salido con la espada roja y sin sujetador, además no es española, parece ecuatoriana o algo así…
NATIVIDAD. ¿Una ecuatoriana rubia? Anda échatelas tú Palacios, que mañana vengo… te digo yo que tú hoy no andas  muy bien . Hasta luego. (Sale).
TERCER CUADRO
SUSANA. Mamá el guiso se ha pegado ¿y ahora que comemos?
PALACIOS. (Sale)¿ Cómo es esto posible?(mira la comida de la olla) ¡pero vamos que tres platitos se salvan!.
SERGIO.  Ni hablar yo no me como eso ¡ joder vieja!  Ya es la segunda vez esta semana tronca, que no me gusta que venga la Nati con las cervecitas a la hora de comer coño…
PALACIOS.  Venga que frio unas patatas con huevos en un momento. (Se coloca el mandil)
SERGIO.  ¡Que se vaya a cantar los pajaritos a su puta madre…!
PALACIOS.  Niño esa boca  ¿oye,  y  que dice el chino del  vino que se le debe, pues no te di el dinero para pagarlo?
SERGIO. El chino lo está flipado tronca.
SUSANA.  No. El que lo flipas eres tú, que tienes mucho morro.
PALACIOS. Vale ya.  Cuando erais pequeños( pausa). Nunca  olvidaré a los dos bailando los pajaritos, tu padre se le saltaban las lágrimas (canta la madre) el piquito has de mover y las plumas sacudir … y los dos para comérselos,  que arte y que guapísimos los dos, siempre juntitos jugando (pausa)  ¿Por qué no bajáis por el pan? 
 LOS DOS AL UNÍSONO.   Yo voy
SUSANA. Voy yo vale.
SERGIO.  Bajo contigo ( salen los dos)
PALACIOS. (mira una foto del maestro) ¡Ay maestro, que rebeldes se están poniendo tus hijos! (Canta ay pena penita pena, se coloca una mantilla por los hombros, imita a la Lola flores y  bebe vino del tetra brik  sentada en la encimera de la cocina mientras fríe las patatas).
SUSANA (ya han vuelto). Bueno comemos ya,  que yo me largo.
PALACIOS:¿Y tú a dónde vas ahora?
SUSANA. A casa de la Sofía.
PALACIOS  ¿Pero no vendrás muy tarde no?
SUSANA. Mama que hoy es viernes  y los viernes se sale.
PALACIOS.  Ya estamos ¿Y mañana sábado no?  Hacéis conmigo lo que queréis…  ten cuidado Susana que yo aquí no te quiero preñá, antes me ahorco.
SUSANA . Pero esta mujer que cosas dice, anda vete a descansar, yo recojo.
PALACIOS (se mete en la habitación, hace una tirada de cartas y coge la foto del maestro). ¡Uy uy…cuanto te quiero prenda mía, qué necesidad más grande tengo de ti, que deformación tan grande tengo en mi cabeza (bebe ) ¡Que está pasando aquí… que hace el maestro…maestro tu no …Santa Virgen de la Macarena… un amante... pero mi vida que rompo los garrotes, o me enveneno (bebe) ay… que sobrenatural es la vida... (Se levanta abatida y embriagada)
Tus hijos maestro,  piensa en tus hijos, no te dejes, no te dejes tocar, que tu  eres el maestro ¡ay, qué me corre por las venas lo mismito que un ciclón! (se tumba en la cama, se pone a llorar y se duerme).
SUSANA Y SERGIO (ponen un video, donde  los dos bailan los pajaritos y su padre está con ellos feliz y emocionado, se tumban en el sofá, se abrazan).” Pajaritos a bailar cuando acaban de nacer…
                                                       Fin.




martes, 9 de noviembre de 2010

Escritos de juventud de Irene Ochoa


Los dos textos que se muestran a continuación tienen como finalidad rescatar la obra primeriza de Irene Ochoa.
Póstumamente y por primera vez, se publican sus ejercicios y apuntes de juventud, que nunca pretendieron ser más que eso, pero en los que se pueden vislumbrar algunas de las claves de su original dramaturgia.
Para acceder pulsa en las imágenes.

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martes, 2 de noviembre de 2010

BAJO LA SOTANA

La acción transcurre en el interior de una iglesia, los muros son de piedra y el altar tiene pinta de ser de estilo barroco. Aún lado vemos la imagen de la Virgen Macarena, está adornada para ser paseada por las calles en la madrugá andaluza, ya que es Semana Santa. Y en el otro lado tenemos un pequeño confesionario. Por un lateral entra el Padre Emilio, es un capellán. Se dirige hacia la imagen de la Virgen.

Padre Emilio: (Grita) ¡Rufino!... Dónde estará esta criatura.
Por un lateral aparece un joven vestido de monaguillo, es Rufino.
Rufino: Si Padre.
Padre Emilio: ¿Dónde se había metido usted? Llevo media hora buscándolo. ¿No estará haciendo usted de las suyas?
Rufino: No Padre. Estaba limpiando las vinajeras.
Padre Emilio: Así me gusta Rufino. Pero ahora debes de terminar de colocar los adornos de nuestra señora Macarena.
Rufino: Estoy esperando que lleguen más adornos, aún quedan flores por llegar.
Padre Emilio: Mientras tanto saca brillo a la cantonera.
Rufino: Pero si ya lo he limpiado.
Padre Emilio: Debe de quedar como los chorros del oro. Así que ya sabes lo que tienes que hacer hijo.
Rufino: Sí Padre.
Padre Emilio: Deja bien bonita a mi Virgen Macarena.
Rufino: (En voz baja) Aay... Macarena.
Padre Emilio: ¿Qué ha dicho Rufino?
Rufino: Nada Padre, se me ha metido una mota de polvo en el ojo.
Padre Emilio: Tenga cuidado hijo. Ahora póngase a trabajar. (Sale de escena)
Rufino una vez que ha salido el Padre Emilio de escena, se dispone a limpiar mientras canta la canción de la Macarena.
Por la puerta principal entra Encarna, es una vecina del barrio. Va vestida de luto.
Encarna: ¡Dios Santo! ¡Rufino pero como se atreve!
Rufino: Disculpe Señora Encarna. No le había oído entrar.
Encarna: Pero como me iba usted a oír cantando esas canciones de Satanás.
Rufino se queda callado sin saber que decir.
Encarna: ¡Encima se queda callado el condenado!
Entra a escena el Padre Emilio.
Padre Emilio: Hola Señora Encarna. ¿A qué se debe su visita?
Encarna: Padre Emilio necesito que me confiese.
Padre Emilio: No faltaba más. Vaya al confesionario en seguida iré yo.
Encarna: Gracias Padre Emilio, llevo una pena encima.
Padre Emilio: No será para tanto.
Encarna se dirige al confesionario.
Padre Emilio: Y tú Rufino que sea la última vez que cantas esas canciones delante de nuestra Señora Macarena.
Rufino: Sí Padre.
Padre Emilio: Cuando se marche la señora Encarna pasa a confesarte. Creo que han llegado los adornos que faltaban, ves a recogerlo.
Rufino: Enseguida voy.
Rufino Sale fuera de escena y el Padre Emilio se dirige al confesionario.
Padre Emilio: Dígame señora Encarna
Encarna: Perdóneme padre, me dejé llevar por el pecado.
Padre Emilio: ¿Qué ha pasado?
Encarna: El otro día vino a visitarme doña Rosario, la vecina del cuarto. Se me queda mirando fijamente y me dice: ¿No te gustaría tenerlos más firmes? Conozco a alguien que te los puede dejar como a una princesita.
Padre Emilio: (Sorprendido) ¿Y... usted que hizo?
Encarna: Me dirijo al espejo y veo que sí los tengo un poco flojos. Doña Rosario tenía razón.
Padre Emilio: ¡Dios mío! Entonces, ¿qué pasó?
Encarna: Una pena Padre Emilio, me fui al lugar donde me dijo. Allí había muchas mujeres tumbadas que estaban buscando lo mismo que yo. Se me acerca un hombre muy feo y me dice: Tumbase, relájese y no se mueva.
Padre Emilio: ¿Y usted que hizo?
Encarna: Una pena padre. Yo me tumbé, él se acerca con su cosa entre las manos.
Padre Emilio: (Sorprendido) ¿Qué cosa?
Encarna: No voy a entrar en detalles padre. (pausa) Pues una cosa horrible con la que me llenó de un líquido pegajoso.
Padre Emilio: ¡Dios mío!
Encarna: No se enfade padre. Pero es que mereció la pena. Mire toque que tersos se me quedaron.
(se toca las mejillas)
Padre Emilio: ¡Cómo que las mejillas! ¡Me ha estado usted hablando de las mejillas todo este tiempo! ¡Entonces ese líquido!
Encarna: Padre pues que iba a ser, pues una crema. Creo que era de yogur o algo así.
Padre Emilio: Pero mujer eso no es pecado, y en su caso era necesario.
Encarna: Pero padre me tocó un hombre desconocido. ¡Ay, una gran pena!
Padre Emilio: Vaya usted con Dios señora Encarna.
Encarna: Gracias Padre, me ha dejado usted más tranquila.
Encarna sale de escena.
Padre Emilio: Y dice que es una pena. Sí claro pena penita pena. (Se pone a cantar la canción Pena Penita Pena.)
Una vez que el Padre Emilio termina de cantar entra Rufino con algunos adornos.
Padre Emilio: Rufino deje ahora los adornos y venga usted a confesarse, que falta le hace.
Rufino: Padre no me va a dar tiempo a terminar de colocar los adornos si me confieso.
Padre Emilio: No se preocupe, más tarde le ayudo yo.
Rufino: Como usted diga Padre.
Se dirigen los dos hacia el confesionario.
Padre Emilio: Rufino le he escuchado como cantaba esa canción del demonio a nuestra santa.
Rufino: Padre la canté sin querer.
Padre Emilio: Rufino no mienta que está dentro de un confesionario.
Rufino: Perdóneme padre, qué debo hacer ahora.
Padre Emilio: Acérquese Rufino y le ayudaré a que nuestro Señor le perdone.
Rufino: Gracias Padre. (Se acerca al otro lado del confesionario)
Padre: Emilio: Venga aquí Rufino y siéntese a mi lado.
Rufino: (Se sienta) ¿Qué debo de hacer Padre?
Padre Emilio: (Acaricia el pelo a Rufino) Tu tranquilo Rufino. Haz todo lo que te diga. Antes, ¿Dígame por qué cantaba esa canción?
Rufino: Es una canción muy alegre que suelo cantar normalmente.
Padre Emilio: (Sigue acariciándolo) Pero hijo esas canciones no se cantan dentro de la iglesia. Yo recuerdo cuando era joven que me gustaba mucha cantar. Un tarde estaba barriendo la iglesia donde yo era monaguillo y me puse a cantar una canción. En ese momento entró el Padre Rodrigo y me sorprendió cantando la canción que en aquel momento estaba de moda. Era la canción de los Pajaritos. Yo en ese momento me puse colorado y no sabía como reaccionar. El Padre Rodrigo me dijo que fuese al confesionario. Allí me preguntó por qué cantaba la canción de los Pajaritos. Yo le contesté que era una canción que había escuchado una vez y se me había quedado en la memoria. Mi respuesta no le gustó al Padre Rodrigo y me preguntó si me gustaban los pajaritos. Yo le dije que sí, que eran unos animalitos muy bellos que nuestro señor había puesto en este mundo. (Va acariciando el cuerpo de Rufino)El Padre Rodrigo en ese momento me enseñó un pajarito y me hizo cantar la canción de Los Pajaritos. Desde ese momento comprendí que no debía cantar la nunca más dentro de la iglesia canciones profanas.
Rufino: ¿Y ahora qué debo hacer Padre?
Padre Emilio: ¿A ti te gustan los pajaritos?
Rufino: Claro Padre, es uno de mis animales favoritos.
Padre Emilio: Le voy a enseñar un pajarito que no va a olvidar en su vida.
Rufino: ¡Qué bien Padre!
El Padre Emilio se sube un poco la sotana y Rufino se mete debajo de ella.
Rufino: ¡Padre nunca había visto un pajarito tan grande!
Padre Emilio: En la viña del señor hay de todos los tamaños. Ahora debes de hacerle cantar.
Rufino: Sí Padre, lo que usted diga.
Mientras Rufino está debajo de la sotana el Padre Emilio comienza a cantar la canción de Los Pajaritos. Poco a Poco se va haciendo oscuro.

Pedro Entrena

lunes, 1 de noviembre de 2010

La mudanza de la pulga. Rolando Castellanos López

LA MUDANZA DE LA PULGA Rolando Castellanos López, ejercicio
(Año 2012 carretera. Dos pulgas viajan en un camión de carga, una en un extremo y la otra en otro, solo se han mirado de reojo, pero todavía no han mediado palabra. En la parte de delante, el conductor mientras conduce escucha música en la radio, es RADIO OLÉ. Suena la versión de Lolita, la hija de Lola Flores de la canción “Ay pena, penita pena”. A mediados de la canción la pulga Rocío grita y se lamenta)
Música radio: Ay pena, penita pena, pena, ay pena de mi corazoooón, Ay que me corre por la venas, venas ay con la fuerza de un cicloooón.
Pulga Martirio: Ay, ay qué razón tienes Lolita, y también tu difunta madre que en gloria este. Y tanto que me corre por las venas. Ahora mismo no me corre nada, estoy muerta de hambre. Ay Dios mío ¿qué será de mi? Ayyyyyyy, Ayyyyyyyyyyyy.
(La otra pulga que, al principio intentaba ignorarla, por fin le pregunta)
Pulga Rocío: ¿Qué te pasa mujer, qué te duele?
Pulga Martirio: Es esa canción que no puedo aguantarla.
Rocío: ¿Pero qué te pasa con la canción?, Si es muy bonita…y…
Martirio: Pero me mata, ¿no lo entiendes?, ¡me mata!
Rocío: ¿Cómo te puede matar una canción?
Martirio: Me recuerda lo que estoy pasando, lo desdichada que soy, y la pena, la penita que tengo!
Rocío: Pero si solo es una canción.
Martirio: Ay, qué bien se ve que no sabes lo que sufro.
Rocío: ¿Y de qué se trata mujer?, Acaba de contármelo, me tienes ya nerviosa
Martirio: Ayyyyyy,ayyyyyyyyyyy.
Rocío: Dímelo guapa, desahógate, verás que te sentirás mejor. Mira yo puedo ser tu amiga, me llamo Rocío. ¿Qué dices?
Martirio: (Llorosa), Y yo… yo Martirio.
Rocío: Venga cuéntame, confía en mi
Martirio: Yo soy catalana, no me mires así, ya…ya sé que no se me nota, pero es que de pequeñita mis padres que eran malagueños emigraron allá, y desde entonces siempre he vivido allí. ¿Me entiendes?
Rocío: Sí, te entiendo ¿Y qué problema hay?
Martirio: Pues que vivimos siempre en una granja de toros de lidia, siempre hemos vivido felices y bien alimentadas, que de eso se trata.
Rocío: ¿Y qué pasó?
Martirio: Pasó que como prohibieron los toros en Cataluña, las granjas de crianza fueron cerradas, y han trasladado a los pocos toros que quedaron. Y ahora me veo obligada a emigrar a Andalucía para poder vivir.
Rocío: ¿Y por qué tienes que emigrar, mujer, acaso no hay vacas, perros, gatos y de cuanto Dios crió para vivir?
Martirio: ¿Cómo puedes decir eso, crees que es lo mismo vivir en un toro de Lidia que en una vulgar vaca?, Ni se te ocurra, estoy adaptada a vivir en buenos establos, con buena climatización y chupando sangre de animal bien alimentado, y como comprenderás por una panda de nacionalistas me veo tirada en la carretera y sin futuro, igual que un vulgar negro que ha venido en patera.
Rocío: ¿Pero cómo puedes decir eso, no sabes que han tenido que prohibir los toros porque es un problema de maltrato animal?
Martirio: Venga no me jodas tu también con esas gilipolleces, ¿O es que me quieres hacer creer que los cerdos y las vacas que se comen esos jodidos nacionalistas no sufren. Claro cuando están disfrutando del chuletón eso es imposible de pensar.
Rocío: No es lo mismo, el proble…
Martirio: No me vas a convencer, seguro que eres de los de Zapatero, porque catalana no eres.
Rocío: No, soy vasca
Martirio: Peor aún, vosotros solo sabéis tirar para sí, entre los vascos, los catalanes, el bloque nacionalista gallego, quieren convertir a España de una piel de toro en una de cabra. ¡Qué manía de querer ser libres! ¿Pero quién cojones les esclaviza, por Dios?
Rocío: Martirio, aunque te moleste las corridas de toros son una aberración, mira que torturar a un animal hasta darle muerte por simple divertimento. Hay muchas cosas que se pueden hacer para divertirse sin tener que ensañarse con animal indefenso.
Martirio: ¿Y qué propones tu maja, que me vaya a los correbous?, porque esos sí que no los prohíben, (irónica).Claro, como dejar ciego a un toro quemando sus ojos no es crueldad.
Rocío: Los correbous también se abolirán, tenía que darse el primer paso.
Martirio: Ya, ya, y tenía que ser en Cataluña. Mira la que no entiendes eres tú. Los toros son una fiesta popular, y pertenecen a una tradición muy arraigada en los españoles. Son parte de su idiosincrasia y tendrían que ser patrimonio nacional. Los han prohibido por problemas políticos.
Rocío: Mira, aunque te opongas tú y los taurinos, llegará el día en que en España se acabarán las corridas de toros, porque no aportan nada, solo sufrimiento animal cualquiera que tenga un poco de conciencia y raciocinio sabe que es así.
Martirio: ¿Qué no aportan nada, y la cantidad de gente que vive de ellos, no importan, sabes todo lo que ha aportado el toreo a la cultura española?. No, eso como no te importa no lo sabes. Para empezar, ¿de dónde hubieran sacado los compositores de coplas sus letras?, no existiría ni la Pantoja, ni hubiera existido la Jurado, ni la Juanita Reina. Es más ni la virgen de la Macarena tuviera esas esmeraldas enormes que la hacen tan famosa después que se las regalara el torero José “El Gallo”, y por consiguiente la canción Macarena de los del Río tampoco hubiera sido compuesta, ¿la recuerdas?, esa que dice dale a tu cuerpo alegría Macarena que… (La pulga saca de repente una peineta y una mantilla, y se arranca a bailar)Macarena tiene un novio que se llama que se llama de apellido Vitorino
Rocío: Si, si, si ya se cual es, pero por favor calla y no saque las cosas de contexto. ¿Sabes lo que creo que a ti solo te interesa seguir chupando sangre, y lo demás te da igual.
Martirio: Mira, indirectamente los toros tienen muchas cosas buenas lo de la Macarena no es ninguna tontería, nos hizo famosos en el mundo entero, hasta Clinton la bailó, que lo sepas.
(De repente el camión disminuye su marcha, para aparcar en un bar de carretera, La pulga Rocío se acerca al borde y se dirige a Martirio)
Rocío: ¿No te bajas?
Martirio: ¿Para qué?
Rocío: No sé tú, pero tengo hambre.
Martirio: ¿Y qué vas a comer? Yo ya sabes que no como cualquier cosa
Rocío: He visto cuatro perros tumbados, me voy a por mí almuerzo.
Martirio: Pues que aproveche
Rocío: No seas terca mujer, te vas a morir de hambre hasta que encuentres uno de esos toros, anda ven.
Martirio: Ya te dije que ni muerta.
(Pasadas una media hora, sale el conductor del bar y se dispone a arrancar, la pulga Martirio que se da cuenta, le grita a Rocío)
Martirio: ¡Rocío!, ¡Rocío!, date prisa que nos vamos
(Rocío salta como puede, y cae en el borde del camión está a punto de escurrirse, y Martirio intenta ayudarla)
Martirio: Sujétate de mi
Rocío: Eso hago, pero no puedo
Martirio: Si puedes, ¡Venga!
Rocío: No puedo, ¡No puedo sigue sola, me caigoooooooooooooo!
(Martirio queda sola llorando desesperada, el conductor lleva el camión a toda velocidad y con la radio puesta a todo volumen, Martirio se calma al escuchar la canción y recuerda en voz alta)
Música radio: Pajaritos traigo aquí…
Martirio: (Evocando), Ay que recuerdos me trae esa canción, los cuentos que me hacía mi madre del toro Pajarito del que se alimentó y vivió como una reina mi tía Lucha la mexicana. Su felicidad acabó cuando el toro le dio por saltar la valla y fue sacrificado, fue el primero que lo hizo, desde entonces se instalaron las medidas de seguridad que aún se utilizan. Qué desgracia, y mi destino parece que no será mejor que el de la tía Lucha.
(El camión se detiene, el conductor revisa los neumáticos buscando el pinchazo que cree tener la rueda, intenta cambiarla, pero no tiene las herramientas necesarias,)
Martirio: Ay qué será de mi, para colmo de males este no puede cambiar la rueda, no debí salir de Cataluña y conformarme con perros y gatos como Rocío. ¡Qué vanidosa he sido y encima perdí a una amiga!
(Pasadas 2 horas pasa una furgoneta que para, para ayudar al chofer del camión, de repente alguien llama a Martirio, es Rocío)
Rocío: ¡Martirio!, ¡Martirio!
(Se abrazan)
Martirio: ¡Oh! Gracias a Dios que estas viva, ¿cómo has llegado hasta aquí?
Rocío: Nada mujer, muy fácil, la furgoneta paró para que el hombre que la conduce meara y me monté, sabía que te encontraría.
Martirio: ¿No me guardas rencor?
Rocío: ¿Por qué he de hacerlo, mujer?,
Martirio: Por lo dura que fui contigo
Rocío: No pasa nada hija, podemos discrepar y no estar de acuerdo en muchas cosas, pero también podemos ser amigas y llevarnos bien, ¿no crees?
Martirio: Que buena eres, pienso que deberíamos seguir juntas siempre ¿qué piensas?
Rocío: Que me encantaría
Martirio: (Mirando a los lejos). ¿Ves aquello?
Rocío: ¿Qué, el rebaño de cabras?
Martirio: Si
Rocío: Si las veo ¿y?
Martirio: ¿Quieres que nos vayamos con ellas a vivir?
Rocío: Encantada.
(Las dos pulgas saltan cogidas de la mano y se acercan poco a poco al rebaño, mientras cantan la Macarena)