domingo, 16 de enero de 2011

Pasolini también escribía teatro


Pasolini también escribía teatro. Una lectura personal de Orgía. Apuntes de trabajo.



A los siete años ya escribía poesía, en noviembre de 1975 le quitaban la vida. Agresividad, crueldad, el verde dulzor de la asfixia... son categorías que destila toda su producción artística: poesía, teatro, narrativa, ensayo y, a la que más atención se ha prestado, cine; pero toda su creación está trenzada en una coherente y personal visión del mundo. El arte de Pasolini es como él, tremendamente atractivo.
El teatro de Pasolini, tan mal tratado por el mundo editorial español, comporta las mismas imágenes y comulga con la fuerza de su trabajo cinematográfico y poético. Escribió seis tragedias, Pilade (1967), Orgía (1968), Affabulazione (1696), Porcile (1969) -convertida en película-, Calderon (1973), Bestia da stile, escrita y elaborada entre 1965 y 1974. En el año 1968 escribió El manifiesto para un nuevo teatro.

Su obra Orgía se abre con un prólogo/flash-back que empieza con estas palabras:

“He muerto hace poco. Mi cuerpo / pende de una soga. Extrañamente vestido. / Acaban de resonar aquí mis últimas palabras, / o sea: “Por fin alguien ha hecho un buen uso de la muerte””.

La tragedia es un largo poema dramático que comparte los mismos rasgos de estilo de su poesía, ¿recuerdan el poema Petición de trabajo?

“Bien, pues: este hombre que os habla colgado de un soga, / con el pescuezo roto, y frío ya, / ha sido lo que se dice un hombre como todos los demás. / No ha sido ni un poeta, ni un loco, / ni un miserable, ni un drogado.“

Su teatro posee un hondo y grave compromiso político y con sus contemporáneos, como toda su obra, crítico con la iglesia, el fascismo, el comunismo tradicional, etc

“He sido realmente libre e independiente / porque he aceptado sin reserva alguna / que existe el poder, y me he adaptado a ello.”



El mayor intelectual italiano de la segunda mitad de S. XX, habla en su obra de la flexibilidad de las ideas, del río donde se bañaba Heráclito y de la Diversidad. Hace reflexionar al público y le cuestiona.
La obra se desarrolla en un espacio único, un dormitorio matrimonial, pero las palabras crean y evocan otros espacios que laten a lo largo del discurso. Existe una fuerte y extraña relación entre un hombre y una mujer -matrimonio ¿cuetionamiento del matrimonio tradicional?- (una mujer que aún no ha cumplido los treinta), una relación cruel, delicada, amorosa, que va a acabar en la muerte, consentida y aceptada desde un primer momento como válvula de escape hacia los sueños.
Las palabras están escogidas con espíritu de poeta, cada una de las imágenes está minuciosamente elegida: palabras cotidianas y potentes. Pasolini establece un elevado discurso intelectual, con varios niveles cognitivos. Una sutil diferencia entre “decir algo”, el ruido y “el habla”, más coherente, estructurado y portador de pensamiento.

“(...) Mi padre era guapo / aunque anciano, y abría la boca para decir cosas / dichas a su vez por sus padres, ordenando / a la niña con dulzura, al niño con respeto / - SIN EMBARGO NO HABLABA”

“Nadie en este mundo tenía algo que decirle / a otro: y sin embargo era un puro resonar de voces.”

Hace una crítica del aprendizaje no crítico, valga la redundancia. Al aprendizaje impuesto, no asimilado, como mal de raíz de la sociedad. A lo no cuestionado y a lo incuestionable.
En el primer episodio (la obra está compuesta de un prólogo y VI episodios) se establece una relación hombre / mujer donde da igual quien diga la réplica. Un discurso único que muestra la alienación humana sufrida, en parte, por un sistema de libre mercado. Pasolini y sus ideas marxista críticas con el marxismo (recordemos Pajaritos y pajarracos)

“Quien posee es inocente / quien es poseído es culpable”

Es un teatro lleno de imágenes, construido con palabras, donde late la literatura. Referencias, por ejemplo, al Marqués de Sade (tan emparentando con él depués de Saló): el placer del sufrimiento y del dolor, el placer de una imagen, más espiritual que físico, aunque  se pueden establecer caminos de ida y vuelta.
En el episodio II presenciamos una relación erótico/sexual de alto contenido violento, de dominación, un juego real y cruel. ¿Violencia de género? - lectura muy sesgada para una obra de tal altura.

“El dolor te hará olvidar el placer del dolor”

El hombre matará también a sus hijos y los arrojará al río, más tarde, descubriremos a la mujer avanzando a la cocina a por un cuchillo. ¿Suicidio como liberación?
Violencia objetiva de la sociedad (S. Zizek), todos vivimos en esa masa informe sin darnos cuenta y Pasolini la hace patente. El instinto salvaje. La acción transcurre el día de Pascua: rasgos religiosos en la mayor parte de los trabajos de Pasolini. Estética. Compromiso político.
Juego violento que llega a excitar al lector/espectador desenmascarando sus instintos más primarios y animales. Relación: amo/esclavo.

“(...) Sólo existo para ti: que eres mi amo. / Una puta, ya lo sabes, y su chulo. / Puedes hacer conmigo lo que quieres”

“¡Mi carne desea realmente la muerte! / ¡Mi polla desea realmente la carne!”

Teatro discursivo, del dominio de la palabra y de la literatura.

“Puede que sea un borracho o un fascista, / mi padre, sin embargo mojaba su manaza / en agua bendita: y también su mezquina esposa”

Relación de tensión con el poder, con la educación, con la tradición, con la rigidez social. Existen dicotomías que embellecen el texto poblándolo de significados. Hombre y mujer: esposos jóvenes.
¿Cómo encarnamos nuestros deseos más salvajes y violentos en el otro? Fe en los sueños como escape de la realidad. Huida de las convenciones sociales, de lo políticamente correcto, de lo bien visto, de lo bien pensado.

“(...) no tenemos la fuerza / de vivir nuestra realidad: / ella nos ha hecho esclavos”


La gente no se atreve a hacer lo que siente y quiere, lo que le apetece. Tabús sociales. Hipocresía: la experiencia de los padres, la religión, la moral común, la autoridad...
Los problemas de la clase media. Textos interrogativos que invitan a la reflexión, a la crítica.
La libertad del individuo para elegir, la respuesta de la sociedad a sus elecciones.
Teatro de la imagen y de la metáfora, de la comparación hermosa.
El cuerpo quiere morir sino hace lo que desea el espíritu. Relación de simbiosis entre la carne y el alma. Pareja embarazada.
El espacio se transforma con las palabras; escasas acotaciones, muchas de ellas insinuadas en el discurso.
Rechazo de los sueños controlados y bien pensantes. Bagaje y tradición de ideas y pensamientos como cadenas que nos esclavizan. Remordimientos, culpa, pecado: nos hacen sufrir, no poder alejarnos del pasado y avanzar.
Poder de cambio y reforma a través del escándalo.
¿Podemos ser libres en un sociedad estructurada como la nuestra?
La mujer se acaba matando embarazada de dos niños. El hombre establece el mismo juego con una muchacha: ¿otra generación? ¿más libre de prejuicios sociales? ¿crítica feminista? La muchacha no entra en los deseos crueles del hombre.
La muchacha acaba escapando, el hombre: cada vez más enfermo.
Obra de curvatura, no tiene estructura circular, pero hay motivos (inicio y fin incluidos) que se repiten en diversas escenas y con ambas mujeres.
La exclusión social del diferente, del raro.
El hombre acaba vestido de mujer, ¿ahora que muere rompe las normas sociales? Signo de las prendas femeninas.

“He sido vuestro esclavo, objetos de mi vida”

Es ahora cuando es realmente libre.
Teatro de la poesía, de la ideología, del compromiso y de la belleza. La riqueza de la ambigüedad poética, de la interpretación abierta.
Pier Paolo Pasolini con sus obras nos revuelve, nos coloca en la pausa, en el intelecto y en la carne...  no hay otra cosa que se le pueda pedir al arte.
Como decía Aristóteles: después de hacer el amor, surge una profunda tristeza.


 Para ver el Manifiesto por un nuevo Teatro de P. P. Pasolini, aquí
Irene Ochoa

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