Pasolinni o la pasión desbordada
Unas imágenes que están en el origen. En el principio de las cosas, ese momento dónde no tenían cabida las lacras de una sociedad hipócrita e inconsciente. Unos seres alienados por una moral impuesta desde los mas altos estamentos del Vaticano o desde cualquier otro estrado. Pero Pier Paolo estaba ahí. Él supo observar con perspectiva su tiempo para transcender y tocar los cielos de la literatura. Cine, poesía. Poesía, cine. ¿Imagen y palabra?. Háblamos de teatro. Escenarios limpios y perfectamente ambientados. Luces que recorren estancias enormes donde lo único que queda al desnudo es el alma. Las almas de unos seres perturbados en un juego de espejos intermitente. Todo queda entre tú y él. La relación del espectador con la imagen se retroalimenta en tanto que una necesita de la otra para su existencia. Cuando observo el descampado que esta al otro lado de la ventana tengo la impresión de que en cualquier momento van a llegar las almas desamparadas. Esas que buscan redención. El cine exorcizo a Pasolinni y dicho sea de paso a un servidor. Muchas gracias.
Juan
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