PENA
1
Una sala llena de sofás y de hombres y mujeres dándose el lote. Macarena está en una esquina fumando y bebiendo ginebra.
Pedrolino: ¡Macarena!
Macarena: ¿Qué?
Pedrolino: ¿Qué te pasa que estás ahí tan sosa? Dale a tu cuerpo alegría Macarena… (Se pone a bailar ridículamente la Macarena alrededor suyo)
Macarena: Oye de verdad que pesado estás últimamente.
Pedrolino: (sigue bailando, cada vez más animado) …Que tu cuerpo es pa’ darle alegría y cosa buena…
Macarena: ¡Para ya!
Pedrolino: (sigue bailando y está llamando la atención de todos los presentes) Dale a tu cuerpo alegría Macarena…
Macarena: ¡Joder! Me quieres joder, ¿no?
Se levanta muy enfadada para ir a la otra esquina de la sala. Pero un grupo abundante de personas se ha animado: cantan y bailan la Macarena con coreografía.
Todos: ¡Eh Macarena! ¡Aaay!
Macarena, Macarena, Macarena
Que le gustan los veranos de Marbella.
Macarena, Macarena, Macarena
Que le gusta la movida guerrillera.
Dale a tu cuerpo alegría Macarena
Que tu cuerpo es pa' darle alegría y cosa buena.
Dale a tu cuerpo alegría Macarena.
Eh, Macarena. ¡Aay!
Macarena: Como sigas con esto voy a liarme con el primero que pille.
Pedrolino: Baila un poco Macarena, siempre estás aburrida pensando en tus cosas… acabarás como una flor mustia.
Macarena se acerca a uno que está sentado bebiendo. Le pasa un brazo por el hombro. Pedrolino, sin hacer caso, sigue bailando y cantando delante de ellos.
Pedrolino: Macarena sueña con el Corte Inglés,
Y se compra los modelos más modernos.
Le gustaría vivir en Nueva York
Y ligar un novio nuevo.
Macarena y el otro se lían y se van juntos. Pedrolino se da cuenta de lo que ha conseguido y se derrumba, se queda mirando al suelo.
Todos: (bailando y cantando) Dale a tu cuerpo alegría Macarena
Que tu cuerpo es pa' darle alegría y cosa buena.
Dale a tu cuerpo alegría Macarena.
Eh, Macarena. ¡Aah!
Acaban y se van todos alegremente, tocándose y liándose todos con todos.
2
Pedrolino: ¡Oh infelice! Mi orgullo ha trocado mi condición de burlador en burlado. Yo la amaba pero no hice más que hacerle sentir mal. No imaginaba yo que todo fuera a acabar de este modo. Y ahora estoy lleno de pesares. ¡Y como la odio!
Llega un grupo de policías de la Patrulla Antivicio.
Policía: ¿Qué está pasando aquí?
Pedrolino: ¡Oh! ¿Una redada?
Policía: Hemos sido informados de que aquí se están trasgrediendo las normas de buena conducta de forma inadmisible…
Pedrolino: Sí, es verdad. La información es correcta. Es por ahí, están todos ahí dándole. Y hay drogas, muchas drogas, y música pop francesa, y… armas, y… hasta animales, es inadmisible.
Policía: Adelante chicos, a la carga. (Se van)
Pedrolino: Ah, y hay una que… es la peor de todos. (Va detrás de ellos)
3
Vuelven todos los de la primera escena cantando y bailando inocentemente “El baile de los pajaritos”. Dos de ellos se dirigen al policía de la Patrulla Antivicio, denunciando a Pedrolino, que va sujetado por otros policías.
Uno: Ya ven ustedes, un grupo de amigos que se reúnen sin ánimo de molestar. No cometemos ninguna actividad deshonesta. Sólo cuando él está presente, es un pervertido. Él es el culpable, él. Se hizo con el control de esto y prácticamente nos vimos obligados a estar aquí… dándonos a la depravación, al mal gusto, al placer sin medida, a la alegría de vivir… quiero decir, a dedicarnos únicamente a nuestro cuerpo, descuidando lo más importante: el alma, señor… el alma.
Pedrolino: ¡Traidores!
Otro: Tú eres un chulo. Eso, deténganlo a él. Y dejen a esa pobre chica (señalando a Macarena), que ha tenido que aguantar sus desvaríos y burlas, sus continuos disparates… Ese desalmado, siempre aquí llenando de goce nuestras almas, haciéndola reír… quiero decir… siempre buscando pendencias, burlándose de lo divino.
Macarena: Tampoco fue para tanto. Lo mejor es que cada uno se vaya a su casa…
Policía: Aquí nadie se va a casa. Veamos… así que este es el capo del vicio. Pues si todos declaran lo mismo…
Todos asienten al unísono y se van. Se llevan a Pedrolino.
Pedrolino: No, no, ellos… seguro que sabían lo de la redada, no ellos… ¡mienten!
4
Macarena: ¡Ay de mí! Desgraciada soy en este mundo traidor. ¡Ay de mí! Y traidora me siento en él. Mi querido Pedrolino encerrado, ¡encerraaaado!
Canta “Pena, penita, pena”.
Oscuro.
Manuel Serén
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