domingo, 29 de mayo de 2011

Cottage



Una imagen vale más que mil palabras y para muestra dos. Acotación original de Riders to the sea.

An Island off the West of Ireland. (Cottage kitchen, with nets, oil-skins, spinning wheel, some new boards standing by the wall, etc. Cathleen, a girl of about twenty, finishes kneading cake, and puts it down in the pot-oven by the fire; then wipes her hands, and begins to spin at the wheel. NORA, a young girl, puts her head in at the door.)

Según la enciclopedia Británica Cottage,  hace referencia a  viviendas de una sola planta, a veces con los dormitorios en el tejado, a modo de techo falso o cama nido hecha de materiales baratos o reciclados (adobe, escombros, paja.) Construcciones propias tanto de la costa este de Irlanda como de la costa oeste de Inglaterra. 

sábado, 28 de mayo de 2011

Extractos del artículo del profesor Giráldez

Synge es el verdadero impulsor del llamado Renacimiento o Resurgimiento irlandés (Irish literary revival) siempre inspirado en las esencias del mundo rural, en la pureza de las costumbres y en el perfume del lenguaje. (…) El verdadero espíritu de Irlanda, la presencia obsesiva del mar, el tamaño de los peligros y de los sueños. “
Jinetes hacia el Mar, una traducción afortunada: sobre la recepción en España de John Millington Synge. José Miguel Alonso Giráldez. Universidade de A Coruña.

“Escribe Synge en una especie de dialecto personal, casi invento suyo -mezcla del inglés bíblico de los tiempos del Rey Jaime, y del galaico del oeste de Irlanda, rico de un singular encanto imprevisto; cuyo acento –lo esencial en toda traducción- hemos procurado conservar en ésta de Riders to the Sea.”
“Lorca, su teatro en prosa: Bodas de sangre lo mejor de él. No siendo dramático el mismo, su poesía no tiene fuerza dramática. Synge le influye con Jinetes hacia el mar.”
(Del Prólogo de Zenobia y Juan Ramón Jiménez a la edición de Jinetes hacia el Mar, publicada en la revista El girasol y la espada.)
“Lorca probablemente asistió a la representación de Jinetes hacia el mar que se llevó a cabo en 1921. No deja de llamar la atención, por cierto que la obra de Synge fuera representada en Madrid con tanta celeridad tras su traducción al castellano, como estas fechas revelan. Sabemos, como indicamos más arriba, que la dirección corrió a cargo del mencionado Rivas Cherif y que tuvo lugar en el Ateneo de Madrid, con la compañía Teatro de la Escuela Nueva. “
J. M. Alonso Giráldez. (art. cit.)
“Lorca manifestó un profundo interés en traducir El playboy de occidente al español. E incluso en una entrevista periodística señala que ya hay dos miembros de La Barraca trabajando en el proyecto.”
(Antonio de Toro, citado por Giráldez)
Jinetes hacia el mar fue traducida al gallego con el título Os cabaleiros do mar.

Synge y la poesía. Citas del autor



“En estos tiempos la poesía es generalmente una flor del mal o del bien, pero lo que dura más es el tronco y no existe tronco que no tenga raíces fuertes en la tierra, entre los gusanos. Aun cuando admitamos que la poesía elevada puede seguir por sí misma siendo elevada, se necesitan también en poesía las cosas fuertes de la vida para demostrar que lo elevado o lo tierno no está compuesto por sangre débil. Casi podría decirse que antes de conseguir humanizarse de nuevo el verso debe aprender a ser brutal”

J.M. Synge

“…En una buena pieza de teatro cada frase debe estar completamente sazonada como una nuez o una manzana y tales frases no pueden ser escritas por quien trabaja entre seres que han cerrado sus labios a la poesía. En Irlanda poseemos, por pocos años más, una imaginación popular a la vez ardiente, magnífica y tierna”.

J. M. Synge

“Lo más alto en poesía se alcanza siempre cuando el soñador se asoma a la realidad o cuando el hombre de la vida real es elevado fuera de ella y entre los poetas los más grandes poseen estos dos elementos, es decir que están sumamente absorbidos por la vida y, sin embargo, con su loca fantasía se lo pasan escapando de lo simple y lo común”.

J.M. Synge

“De la lucha con nosotros mismos hacemos poesía”

J.M. Synge

martes, 24 de mayo de 2011

lunes, 23 de mayo de 2011

sábado, 7 de mayo de 2011

martes, 3 de mayo de 2011

Estaciones de Valle-Inclán



Estaciones de Valle-Inclán en Cuba
Josefina Ortega • La Habana
Fotos: Cortesía de la autora

Dicen que cuando en 1895 estalló la guerra de independencia en Cuba, don Ramón del Valle-Inclán (Galicia, 1866-1936) se opuso a las manifestaciones callejeras, integristas y patrioteras, de la metrópoli contra los insurrectos cubanos.
No debe resultar extraño para quien conozca sus motivaciones, que fuera el propio escritor quien comentara después con orgullo mal disimulado de viva voz a sus oyentes que: “La guerra de Cuba la ganamos los cubanos en su patria, y yo en las calles de Madrid.”
Ciertamente no existe otro autor de la española generación de 1898 —como afirmó el ensayista Salvador Bueno— que tuviera biografía más encrespada que Valle-Inclán, ni más relacionada con estas tierras calientes de México y Cuba.
“Su Sonata de estío nos dejó el recuerdo de la Niña Chole y los ecos del escenario azteca. Pero la presencia cubana resulta constante a lo largo de su obra desde reminiscencias pasadas y de su directo contacto con la realidad.”

Tras lo bucólico del panorama
De su primera estancia en la Isla poco se ha dicho.
Llegó a bordo del vapor Montevideo, procedente de tierras aztecas, el 28 de marzo de 1893, cuando todavía era un perfecto desconocido. Lejos estaba entonces de convertirse en figura excepcional de las letras hispanas.
De él solo se echaban a ver algunas crónicas y cuentos en diarios de Galicia, Barcelona, Madrid y México. Tampoco había perdido en un lance su brazo izquierdo ni exhibía la desaliñada barba de casi medio metro de largo que mucho dio que hablar a sus contemporáneos años más tarde.
A la sazón era apenas un joven ávido de disfrutar de una grata temporada en el ingenio azucarero Santa Gertrudis, en el actual municipio de Colón, en Matanzas, invitado por una familia amiga, con la que recorrería también otros emporios similares en La Habana, Matanzas y Las Villas.
Sin embargo, tras lo bucólico del panorama, es posible imaginar que, dada su rebeldía acostumbrada, el despotismo colonial dejara su huella en el después famoso intelectual gallego, que tanto se acercó a la América, sin populismo estéril ni decadentismos.
Ya en 1897 publicó en Madrid “La feria de Sancti-Spíritus”, cuyo sabor es típicamente cubano y muy vigente en toda su obra posterior.
En 1910 visitó con su esposa, la actriz Josefina Blanco, y una compañía teatral, la Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia.


Como un hijo de casa
Sus posteriores andares en la Isla, antes y después de su retorno a México, adonde asistió como invitado oficial por las fiestas del Centenario de la Independencia, tienen lugar en 1921.
Escritor conocido ya, llegó a La Habana por segunda ocasión, procedente de La Coruña, en el vapor Oriana, el 11 de septiembre, y parte a Veracruz dos días después. Vuelve a la capital cubana en el barco Zelandia el 17 de noviembre.
Por cierto, cuando el gran estilista y renovador de la prosa española arribó aquí en esta su tercera estadía, fue enviado de inmediato, según las leyes sanitarias, por prevención ante la fiebre amarilla, al campamento de Tiscornia a guardar cuarentena. Y el presidente del muy ilustre Centro Gallego tuvo que sacarlo de allí.
Desprovisto de poses ceremoniosas se hospedó en el hotel Florida y recorrió las calles de La Habana con su donaire y sus "barbas de chivo”, como las llamó en un poema Rubén Darío.
Sus publicaciones en la prensa despertaron gran atención. Intercambió con jóvenes intelectuales. Visitó la redacción de El Fígaro. Confraternizó con los redactores de la revista Social.
Sus críticas a instituciones y autoridades hispanas promovieron algunos incidentes, pero las injurias de sus adversarios quedaron en el olvido.
Los cubanos admirarían para siempre al gran escritor español, al hombre de singular ingenio y palabra lúcida que, como dijo Jorge Mañach: “Se portó, en suma, como un hijo de casa”.
El autor de las famosas “Sonatas” partió a Nueva York, de regreso a España, en los primeros días de diciembre de 1921.


Todavía palpitante
Más de medio siglo después de su muerte, en 1993, se filmaron en La Habana y Trinidad, escenas de Tirano Banderas, la más famosa novela de Valle-Inclán, publicada en 1926 y reconocida como la primera novela moderna que trata el tema del dictador latinoamericano.
Anuncia a El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias; Yo, el supremo, de Augusto Roa Bastos; El recurso del método, de Alejo Carpentier, y El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez.
Es sus páginas hay un Valle-Inclán todavía palpitante, admirador profundo de esas tierras “calientes” de nuestra América, en especial, de México y Cuba, las que nunca olvidó.


domingo, 1 de mayo de 2011

Una mirada a Valle-Inclán

-Pincha en la imagen para acceder al texto-

Josefina Carabias

(Arenas de San Pedro, Ávila, 1908) Fue una de las primeras mujeres que ejerció el periodismo profesional en España. Desde sus comienzos trabajó para la prensa republicana (Estampa, Aurora, La voz) escribiendo su columna diaria del periódico Ya. Tras el paréntesis de la Guerra Civil y la Posguerra –durante la cual se le prohibió utilizar su nombre-, en 1950 se incorporó a la redacción del diario Informaciones.

Fue corresponsal en Washington (1954-1959) y París (1959-1967).

Autora de diversos libros como Los alemanes en Francia vistos por una española (1944, firmado como Carmen Moreno), biografías como Carlota de México, Maestro Guerrero, Cervantes y Teresa de Jesús, así como Azaña: lo que le llamábamos Don Manuel.

Tras su muerte se ha publicado una antología de los trabajos periodísticos de su primera época en Crónica de la República. En 1952 recibió el premio Luca de Tena de periodismo.



P. Ugrumov